Entradas

vivir

Es otro día más que amanece en la fraga para Bruno y su compañera de vida, Robledo. Los años pesan sobre sus espaldas mientras pasan los días en el triste hospital que es la vida, pero no se siente poco afortunado, porque tiene la suerte de ver girar el mundo desde la ventana de su casa y no desde una camilla de un hospital no-metafórico. Se incorpora en su lecho y hace someras reflexiones sobre el sentido de las cosas que hará hoy. No se desanima ante las circunstancias que vive, porque no le falta un trozo de pan que llevarse a la boca en estos tiempos y además sabe que uno de sus hijos, que trabaja al lado de su casa, siempre tiene 5 minutos para pasarse por la ventana y recoger un bote de pisto manchego que Robledo ha preparado con cariño para él y para su nieto. Es su mejor momento del día y es por ello que pasa las horas esperando sentado, como los antiguos bohemios, frente al cristal. Como el protagonista de aquel poema de Mallarmé, él se pierde en lo ensoñamientos que